Las sales de polifosfato de sodio se utilizan en sistemas de tratamiento de agua para prevenir la formación de sarro y la corrosión en cañerías, electrodomésticos, calderas y termotanques. Al disolverse lentamente, forman una capa protectora que evita la incrustación de minerales como el calcio y el magnesio, responsables de la dureza del agua, y protegen los metales contra la oxidación. Su uso regular mejora la calidad del agua, prolonga la vida útil de los equipos, reduce el mantenimiento y optimiza el rendimiento energético de los sistemas de calefacción o distribución de agua. Es una solución práctica, económica y efectiva para el ablandamiento y la purificación del agua en todas sus aplicaciones.